sábado, 26 de marzo de 2011

Apología onírica.

Buenas,
   
      En primer lugar y muy brevemente quisiera decir que en la última clase que tuvimos en el aula de informática, aprendí cosas muy muy útiles. Google docs habré por sí solo una cnatidad de posibilidades de trabajo enorme y el recorrido por las bases de datos de la biblioteca de la Olavide también fue muy interesante y seguro que de ahí se pueden sacar miles de recursos para nuestras clases e investigaciones. Pero bueno, todo esto ya lo sabemos todos y no me gustaría extenderme tampoco demasiado en repetir las mismas ventajas que todos sabemos ya que tienen estas aplicaciones.

      En segundo lugar quería comentar con los compañeros un par de vivencias que me han llamado mucho la atención en días pasados. Ayer terminé de dar clase a los chavales definitivamente. Entregué los exámenes y de 19 que hiceron el examen suspendieron 14. Esa fue probablemente la última vez que hablé con ellos y si soy completamente sincero, me fui de allí con un gran pesar, pues una parte de mí (mínima si queréis) quedó en ese aula. Realmente me veo como profesor, es algo que quiero hacer (quizás no ahora, pero quiero hacerlo) y que quiero hacer bien.

      No obstante, no es en lo anterior en lo que queria hacer énfasis sino en lo que pasó después. Tras dejar el instituto a las 12.40 más o menos, me fui al centro a tomarme un "frutopía" con unos amigos que alcanzaron a hacer el CAP hace dos años y les conté mis impresiones y pensamientos. La respuesta que por su parte obtuve era la esperada (ya conocía obviamente su actitud pusilánime ante la vida) que lo que yo había vivido era un espejismo, que la enseñanza no era así, que etc y etc. El caso es que quizás no les falte razón, pues en mi caso las clases que he dado han sido a bachillerato en el Murillo (un buen instituto). Pero de nuevo volvemos a lo mismo de siempre (creo que esto ya lo comenté en el blog de otro compañero), que manía tienen muchas personas por cortar las alas antes de que echemos a volar. No digo que no les falte razón, pero por favor, permitid que me lleve una decepción si es necesario, pues prefiero equivocarme a no soñar, a no actuar. 

       En fin, me gustaría terminar invitándoles a soñar con lo que sea, con el maes o con lo que quieran, pero que nadie les robe su sueño antes de que se haga realidad.

Ps. Vaya tela, ayer por la tarde me había ocurrido una entrada más currada, pero hoy que me he puesto a escribirle, la mitad de las cosas se me han olvidado. 

1 comentario:

  1. ¿14 suspensos Fran? es así o te has equivocado al escribirlo? no puede ser, 14 suspensos de 19 son mogollón ¿no? bueno, a ver los míos que yo empiezo mañana. estoy acojonao. Pero soñando, claro...

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